Por consejo de mi hijo Fabien, decidí a los 66 años ir a la Pequeña María durante dos meses para recibir ayuda para curar años de depresión, miedos, malestar inexplicable, repetidos ataques de artritis, etc…
La acogida que recibí de Bastien, su equipo y su familia fue muy cálida, y el retiro tuvo lugar en un entorno idílico en plena naturaleza, lejos del estrés y el tumulto de la ciudad. El ambiente es muy tranquilo, propicio para la meditación y el trabajo espiritual.
La limpieza emocional durante las ceremonias es intensa. Pude liberarme gradualmente del dolor y la tristeza que había acumulado a lo largo de mi vida como resultado de un duelo no resuelto y de ciertas situaciones en mi vida. También pude liberarme de los miedos, los bloqueos, la ira y todas las emociones negativas que ya no eran apropiadas. Mi corazón se abrió y sentí que un amor puro me invadía.
Durante dos años mi artritis había empeorado y tenía repetidos ataques. Gracias al trabajo realizado en la ceremonia, no he tenido ningún ataque en dos meses, y he notado que los bultos en mis articulaciones han disminuido mucho.
Antes de emprender este viaje y este retiro, tomaba diariamente medicamentos, antidepresivos, pastillas para dormir y analgésicos. Empecé a reducir gradualmente mi consumo de medicamentos para preparar el retiro con cierta inquietud. Pero gracias al trabajo realizado durante los tratamientos y las ceremonias, ya no siento la necesidad de tomar medicamentos, duermo mucho mejor y estoy mucho más en sintonía con mi cuerpo.
El apoyo recibido durante los tratamientos y fuera de ellos es de gran calidad. Todo se hace de forma cuidadosa y cariñosa. Recibí explicaciones sobre mis sentimientos energéticos, emocionales y físicos. Estas claves de lectura me permitieron comprender los cambios que se estaban produciendo en mí y tener una mejor comprensión de los mecanismos energéticos y emocionales que actúan en mi vida.
Me gustaría agradecer a todo el equipo su amabilidad, su competencia y el apoyo excepcional que he recibido durante estos dos meses. Ahora se abre un nuevo capítulo en mi vida, y lo afronto con ligereza, amor y claridad.
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